viernes, 27 de febrero de 2009

Dental Love


Llegamos de nuevo al consultorio dental, yo me detuve en la sala de espera, para aguardar que él preparara sus instrumentos en la unidad móvil. No tardo ni 5 minutos y salió a mi encuentro, para convocarme a pasar y comenzar con mi tratamiento dental.
La clínica era pequeña, las paredes eran de color blanco, y solo contaba con seis unidades móviles, todas de color azul claro, tres de cada lado paralelamente; el habiente era frío pues el clima se encontraba encendido.

-Toma asiento- me dijo señalando la primera unidad del lado derecho.

Y así lo hice, tome asiento delicadamente, no estaba nerviosa, debió haber sido por que era con él con quien estaba, en realidad no lo se; pero me recosté en la unidad, retire los anteojos de mi cara y los coloqué sobre mis piernas que yacían cruzadas una sobre otra.
Gire mi cabeza para observarlo, y el me sonrío, con esa sonrisa suya que tanto me dejaba sin aliento.

-Ya vamos a comenzar, ¿no estas nerviosa verdad?
- ¡No!, de hecho estoy muy tranquila – le dije sonriendo.
- Que bueno, por que ahora voy a trabajar con tus molares inferiores izquierdos.- dijo mientras enrollaba un poco de algodón el las pinzas, para aplicarle la anestesia tópica.
- ¡Esa anestesia sabe fea!
- Pues solo trata de no pasar saliva, por que si no se dormirá todo tu tubo gástrico.- me dijo mientras se reía y abría mi boca para empezar a untarla.
-¡Siento rosquillitas! ja-ja. – le dije tacándome le mejilla.
Él me sonrío, mientras tomaba la jeringa, aguja y colocaba el cartucho de anestesia local.
- ¡Abre corazón!- me dijo mientras introducía el dedo índice a mi boca, para localizar el lugar a anestesiar; lo encontró e insertó la aguja depositando un cartucho de anestesia local en el nervio dentario inferior.
Empecé a sentir un calambre y un cosquilleo mas intenso del lado derecho de mi cavidad bucal; mientras el terminaba de insertar toda la anestesia y retiraba la aguja de mi boca.
-¿Todo bien?- me preguntó.
-Sí, ¡esa anestesia es rápida! – le dije mientras me daba pequeños golpecitos a mi mejilla.
-¿Ya se te adormeció el labio? – me dijo mientras se acercaba a mi.
- ¡No!, aun sigue con vida – le dije entre risas.
El me sonrió y se acerco para rozar mis labios con sus dedos.
Sentí que el corazón se me iba a salir del pecho, un extraño escalofrío recorrió todo mi cuerpo obligándome a cerrar los ojos y dejándome absorta.
- ¡No hagas eso! – le dije aun híperventilando y tratando de abrir los ojos.
Instantáneamente el alejo sus dedos de mis labios y me miro a los ojos.
-¿Por qué?, ¿Qué ocurre? – dijo, claramente conciente de lo que había provocado y volviendo a rozar mis labios con sus dedos.
- Es solo que … - no pude siquiera terminar de hablar, me quede petrificada de nuevo, absorta cerré los ojos y así con los ojos cerrados le dije.- ¡Por favor no lo hagas!, ¡no tienes idea de lo que estas provocando en mi!.- entonces abrí los ojos.
- Se perfectamente lo que estoy haciendo, se lo que sientes y es justo lo que siento yo – me dijo mientras me miraba a los ojos y rozaba mi mejilla. – Espere este momento durante tanto tiempo y jamás me imagine que fuese a ocurrí así, aquí – afirmo mientras se inclinaba para rozar sus labios junto con los míos.



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